Aunque estemos tecnológicamente hiperconectados, parece ser que cada vez sentimos
más una completa desconexión interpersonal. ¡Ojalá nos libremos de este cataclismo!
Hoy contamos con la posibilidad de publicar todo en un sinfín de plataformas con
un simple clic de ratón. Pero ya no siempre elegimos con quién compartimos
una información.
Publicamos un contenido, a veces datos importantes, a merced de un público no siempre
rigurosamente identificado y potencialmente infinito (retweets, difusiones, etc.)
en una plataforma tentacular. Respecto al riesgo que se corre, es un poco como dejar
a su bebé en el vestíbulo de una estación o de un aeropuerto... ¿Cuál es la probabilidad
de que un alma benevolente se haga cargo de nuestro hijo (o de nuestra información)?
Por otra parte, y ahí está la contradicción, encontrar la información que verdaderamente
nos importa se está convirtiendo poco a poco en una experiencia de lo más arriesgada:
es lo mismo que lo que tendrá que sufrir esa alma benevolente para dar con el bebé
que debe cuidar, perdido en esa vasta sala de pasos perdidos.
¿Pero qué diablos tiene que ver todo esto con nuestra federación?
Para seguir con la metáfora continuada, digamos que nuestra alma benevolente, que
es la FCI, debe cumplir su papel de escaparate para sus miembros, pero se enfrenta
a la ardua tarea de recoger la información que con mucho gusto difundiría a la enorme
comunidad que constituyen - permítanme la expresión - los “mordidos” por la pasión
hacia el perro de todo el mundo.
La Secretaría General de la FCI dispone de herramientas eficaces (sitio internet,
newsletter en línea, informe anual, página Facebook), que le permiten promover las
actividades, iniciativas y proyectos de sus miembros, pero aún haría falta que se
proporcionara toda la información necesaria para la creación de campañas promocionales.
Ahora bien, no hay más que constatar que no sucede así. Si bien es verdad que nuestro
cuartel general de Thuin trata una enorme cantidad de información, que además se
esfuerza por compartir con sus miembros, también hay que lamentar que tampoco recibe
todo el potencial informativo generado por nuestros órganos.
¿Quién tiene un papel capital en los procesos de comunicación de nuestra institución?
¿Qué información (entre mucha) intentamos reunir para ser lo más exhaustivos posibles?
Algunos ejemplos de información que puede proporcionarse espontáneamente a la FCI
Respecto a nuestros miembros, las organizaciones caninas nacionales (bajo
la responsabilidad del Presidente o del Director Administrativo de las OCN respectivas):
- cambio de Presidente de una OCN (proporcionar un documento oficial de la OCN indicando
la fecha de entrada en función, los datos domiciliarios completos, email, etc.)
- el nombre de la persona encargada de la comunicación en la OCN y sus datos de contacto
completos; advertirnos cuándo hay un cambio (salida, sustitución, etc.)
- los hechos relevantes de la vida de la OCN (defunción de un Presidente, de un juez,
el aniversario de la OCN, banners de exposiciones europeas o mundiales organizadas
por la OCN + enlace a las webs de dichos eventos)
- las estadísticas anuales (número de inscripciones en libro de orígenes, número de
jueces, etc.)
Respecto a (los presidentes de) las comisiones de la FCI:
- informe anual de actividad de los trabajos de la comisión
- banners de los eventos (campeonatos, pruebas, etc.) organizados por las comisiones
respectivas + enlace a las webs de dichos eventos
- actas de los eventos (campeonatos, pruebas, etc.) organizados por las comisiones
respectivas con fotografías y listas de resultados
¿Y qué hay del sentimiento de pertenencia?
Que cada cual, a su nivel, dentro de la inmensa comunidad de trabajadores de la
que forman parte todas las personas que de cerca o de lejos se implican en las actividades
de la FCI y de sus miembros, tome pues parte activa para que nuestra federación
alcance su mejor rendimiento.
Asimismo, y ciertamente, tampoco está prohibido mostrar el orgullo de formar parte
de esta gran comunidad... Lo hacemos enarbolando sus colores, exhibiendo el logotipo
de la FCI junto al de la OCN en la web de esta última, en la cubierta de la revista
de la OCN o en Facebook. Lo desplegamos en gran formato en cada manifestación auspiciada
por la OCN, a su vez bajo el patrocinio de la FCI, de la que es miembro.Y esta membresía
significa mucho.
Es cierto que siempre podemos mejorar, pero İla FCI funciona!
Nuestra afición no puede más que beneficiarse de una mirada positiva y constructiva
sobre nuestras actividades. Sería bueno poner más a menudo el énfasis en aquello
que funciona bien: nuestra federación trabaja, realiza proyectos y lleva
a cabo
numerosas actividades, todo en el vasto concierto de 92 países, los países
miembros
de la FCI. Avanzamos de la mano, con las diferencias que nos enriquecen y las
reglas
que todos nos comprometemos a respetar, hacia objetivos comunes... Por ello
funcionamos
bien desde hace 106 años. Regocijémonos, porque tenemos motivos de sobra
para ello.
FCI : we belong !
Marie Luna Durán
FCI Marketing and Public Relations Manager